domingo, 31 de julio de 2016

Recuerdos de Cine: Amor infinito

Vaya a saber Dios porqué la vida de muchos seres geniales del arte ha tenido como contracara el dolor, la soledad, la enfermedad, el desamor, la locura.
 
Quizás sea el modo de conmover la fibra del corazón y sacar de él toda su potencialidad.
 
Tras la muerte de Ludwig Van Beethoven, en 1827, se encontraron entre sus papeles tres cartas de amor escritas un mismo día (por la mañana, tarde y noche), a una mujer de la que no se indicaba su nombre, y a la que el compositor se dirigía como "Mi amada inmortal": la primera comenzaba con las palabras "Mi ángel, mi todo, mi yo: sólo unas pocas palabras escritas a lápiz..."
 
Parece que nunca fue enviada, aunque también podría tratarse de una copia. Aunque no se indica la fecha, por la indicación de estar escrita "un lunes 6 de julio" los historiadores dan la fecha de 1812 como más probable. La película se centra en la búsqueda de Anton Felix Schindler por la única heredera de Beethoven, a quien según el argumento deja la posesión de todos sus bienes, sin embargo la búsqueda no es fácil, ya que no hay pista alguna de quién es en realidad la persona en cuestión.
 
Protagoniza un genial Gary Olman.
 
Aquí una de las escenas más tremendas.
 
 
 

domingo, 24 de julio de 2016

Yo también.

TENGO MIEDO - Pablo Neruda

Tengo miedo. La tarde es gris y la tristeza
del cielo se abre como una boca de muerto.
Tiene mi corazón un llanto de princesa
olvidada en el fondo de un palacio desierto.

Tengo miedo -Y me siento tan cansado y pequeño
que reflojo la tarde sin meditar en ella.
(En mi cabeza enferma no ha de caber un sueño
así como en el cielo no ha cabido una estrella.)

Sin embargo en mis ojos una pregunta existe
y hay un grito en mi boca que mi boca no grita.
¡No hay oído en la tierra que oiga mi queja triste
abandonada en medio de la tierra infinita!

Se muere el universo de una calma agonía
sin la fiesta del Sol o el crepúsculo verde.
Agoniza Saturno como una pena mía,
la Tierra es una fruta negra que el cielo muerde.

Y por la vastedad del vacío van ciegas
las nubes de la tarde, como barcas perdidas
que escondieran estrellas rotas en sus bodegas.

Y la muerte del mundo cae sobre mi vida.


 

martes, 5 de julio de 2016

Recuerdos de cine: la china y la sueca.

Ví la Dolce Vita siendo muy joven. No entendí ni medio, me pasó con casi todas las películas de Fellini que vi en aquellos años. Me deslumbraron pero no las comprendí.
 
Es una deuda que tengo conmigo: volver a ver la Dolce Vita, Amarcord, La Ciudad de las Mujeres, entre otras. Ahora que tengo camino hecho, creo que puedo encontrarles un sentido. Como ocurre con otras cosas, hay películas que requieren que uno haya vivido para tener  ojos que puedan ver
 
No obstante la fuerza de las imágenes han dejado en mis recuerdos impresiones que se han ido revelando como si fueran fotografías en el cuarto de revelado, desde lo oscuro hacia la claridad.
 
El grandioso Marcello Mastroianni con Anita Ekbert, en la Fontana di Trevi, en una mezcla de erotismo y sensibilidad increíbles.
 
Muchísimos años después, nuestra querida China Zorrilla, emulando a la sueca, en la misma fuente. Elsa y Fred, otra película hermosa, sencilla, con una historia de amor loca pero adorable.