Con insólita puntualidad me convocas.
Vi caer tus hojas, una a una,
Zigzagueantes, casi sin darse cuenta.
Fuiste desvaneciéndote
Para que mi presencia
Se fuera haciendo existencia.
El paso de tus días me fue desnudando.
Por un camino de personas y sucesos,
Anduve como si el destino
Me esperara en algún recodo,
Para preguntarme qué hiciste,
¿Lograste lo deseado?, el ciclo acaba.
Balances que no haré otra vez,
Porque intuyo el quebranto de mis decisiones.
Y la pregunta, ¿fuiste feliz?
¡Cómo si yo pudiera contestar!
Abracé, besé, reí, también hubo llanto.
Amé como pude, volví a empezar.
Tendí la mano, no siempre con la fuerza necesaria.
Alguna fantasía a lo lejos estuvo de paso,
Y el regreso de las palabras
Que se hicieron tinta y sentimiento.
Vi caer tus hojas, una a una,
Zigzagueantes, casi sin darse cuenta.
Fuiste desvaneciéndote
Para que mi presencia
Se fuera haciendo existencia.
El paso de tus días me fue desnudando.
Por un camino de personas y sucesos,
Anduve como si el destino
Me esperara en algún recodo,
Para preguntarme qué hiciste,
¿Lograste lo deseado?, el ciclo acaba.
Por qué el treinta y uno final
Aguarda respuestas que no tengo,Balances que no haré otra vez,
Porque intuyo el quebranto de mis decisiones.
Y la pregunta, ¿fuiste feliz?
¡Cómo si yo pudiera contestar!
Volví a soñar,
desperté siempre,
Una y otra vez
con las manos vacías,Abracé, besé, reí, también hubo llanto.
Amé como pude, volví a empezar.
Tendí la mano, no siempre con la fuerza necesaria.
Alguna fantasía a lo lejos estuvo de paso,
Y el regreso de las palabras
Que se hicieron tinta y sentimiento.
No mucho más,
quizás no sea necesario algo más,
Mientras tenga
poesía, tenga vida.