Dos minutos y cuarenta y siete segundos que explican porque no puedo votar K. Pero no se confundan, no es por las ideas o por las medidas que se tomaron. Es por la mentira.
Acabo de cumplir con una de las pocas instituciones que quedan en pie, ir a votar. Quizás, como dicen los anarcos - no confundir con los narcos - si sirviera para algo estaría prohibido.
De todos modos, es una de las pocas cosas aun respetables que tiene esta democracia berreta y sin república que nos hemos sabido conseguir entre todos.
No señora, no es sólo mérito suyo. Todos (y todas) hemos trabajado afanosamente para esto. Es cierto, que algunos han afanado más que otros. Este sí, es su mérito.
Mientras volvía para casa, me acordé de este muy viejo tema que cantaba Mercedes Sosa, para mejor en una versión hecha en La Habana en 1974.
En fin, todavía soñamos despertar de la pesadilla.
Dentro de una semana, probablemente, todo esté consumado.
Quizás gane uno en primera vuelta, quizás haya dos que vayan a una especie de "pan y queso" que la constitución llama balotaje y que tenemos desde 1994 y que nunca usamos.
No elegimos presidentes, elegimos monarcas, nos gusta darles la suma del poder público y para eso nada mejor que una gran mayoría.
En todo caso, me dá lo mismo. La república con justicia social que es lo que yo quisiera para esta patria, no está discusión. Bah, a casi nadie le interesa.
Dolar quieto, inflación controlada y muchas cosas para comprar en cuotas, eso sí que sean para todos y todas. Precios cuidados y fútbol para todos (y todas), la genial readaptación de los K al viejo pan y circo de los romanos.
En un texto anterior de este blog, publicado el 25 de Mayo pasado expresaba Perdón por la autoreferencia):
"¿Será posible que los hombres y mujeres que quieren vivir en una república democrática con libertad y justicia social hagan a un lado sus intereses y diferencias, aún teniendo que apretarse la naríz, y puedan hacer otra revolución?
Estamos a meses de las elecciones. Una nueva patria no se juega en quien gane las elecciones, ya sabemos que ninguno tiene un liderazgo moral que nos convoque a todos.
Pero tengo una esperanza, tal vez la última, que el que gane convoque a un gobierno de unidad nacional. Tengo hasta octubre para descubrir cual de los candidatos se atrevería."
Ha llegado octubre. Qué pase rápido porque toda esta pirotecnia electoral nos distrae y nos hace perder tiempo. No importa quien gane. Son más de los mismo, quizás con mejores modales, no tan ladrones, no tan mesiánicos. Ninguno se propone refundar la república, de ahí el esfuerzo en repetir con un mantra que no van a tocar ninguno de los derechos obtenidos en la deKada ganada. Es decir, nadie va a ir preso.
El cambio sos vos, soy yo. Dejémonos de joder. Como dicen los delirantes anarquistas, si votar sirviera para cambiar algo, estaría prohibido.
Esta mañana me encontré con mi amigo Hugo. Estuvimos en El Cairo, y prolijamente fuimos desgranando los misterios de la vida mientras tomábamos café con medialunas.
Después de un par de horas, y cuando yo no había misterios por descular, fuimos a caminar por la peatonal.
Allí caímos en la cuenta que estamos a una semana de las elecciones. No fue el fervor de las masas preparando la gran fiesta cívica del domingo que viene lo que nos alertó, sino el sinfín chicos y chicas repartiendo votos y folletos, de todos los colores, de todos los olores. Algunos nauseabundos.
Como caballeros que somos, recibimos los papelitos con una sonrisa y dando las gracias y los tiramos en el primer tacho de la basura que encontramos. Claro eso fue la primera cuadra, en el segundo solo nos limitar a contestar con cara de ojete: "No, gracias".
Al final de la peatonal, enfrente de la Bolsa de Comercio, nos sorprendió el sonido de una orquesta y mucha gente mirando. Nos acercamos y era la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil El Triángulo.
"La Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil “El Triángulo” es un Proyecto Social a través del arte, que intenta que los niños no abandonen la escuela, no estén en las esquinas y que sean capaces ser sujetos participativos, responsables, cooperativos, lo cual hace a la práctica misma de una orquesta y del tocar en conjunto: compartir atriles y partituras, sonar “con el otro” y no “por sobre el otro”, no hay mejores ni peores sino que existen instrumentistas que interpretan distinto." (http://orquestaeltriangulo.blogspot.com.ar/)
Ver esos chicos - algunos muy pequeños - tocando sus instrumentos, haciendo suya la música me llenó el alma.
Algunas fotos que tomé con el celular:
Estaban allí recaudando dinero con la venta de unos bonitos porque necesitan construir un salón para poder ensayar, guardar los instrumentos.
Todo esto, a escasos metros donde los que dicen que nos van a resolver todos nuestros problemas, despliegan sus aparatos electorales pero no tienen ojos ni corazón para estos pibes.
Hay que votar, elijamos ayudar a estos chicos con sus sueños (www.fonbec.org.ar, coordinadora Inés Risso 0341 153767247).
A los otros hay que botarlos. Tiralos a la mierda que es el lugar en el que deben estar.