domingo, 17 de agosto de 2014

Padre de la Patria

Es un lugar común decir que San Martín es el Padre de la Patria. No sé como será en otras partes del mundo, pero aquí en estas tierras nos encantan los lugares comunes, y cuando se pueden enunciar con cuatro o cinco palabras, mejor. Creo que nuestro creciente gusto por los slogans, las frases hechas, las siglas y los lugares comunes esconde nuestra pobreza intelectual, hija de la desaparición de la educación pública en los años del Sultán de Anillaco, y que El ni Ella han tenido interés ni deseo por encontrar.

Si San Martín es el Padre de la Patria, nosotros vendríamos a ser los hijos, los herederos. Esto no habla bien de quien haya sido la Madre de la Patria, porque nosotros no parecemos tener los mismos genes, ni hablar de los valores.

Me gusta leer libros de historia argentina y tratar de entender porqué estos hombres entregaron la vida a la causa que entendieron justa, lo mucho que trabajaron, lo mucho que tuvieron que dar, y lo poco que se los ha reconocido, salvo en los actos, y en los nombres de las calles. 

Breve lista:
- Santiago de Liniers, héroe de la reconquista, fusilado
- Mariano Moreno, pensamiento vivo de la Revolución de Mayo, asesinado
- José de San Martín, murió en el exilio.
- Manuel Belgrano, murió en la pobreza.
- José Gervasio Artigas, murió en el exilio.
- Domingo Sarmiento, murió en el exilio.
- Justo José de Urquiza, asesinado.
- Juan Bautista Alberdi, murió en el exilio.
- Juan Manuel de Rosas, murió en el exilio.
- Juan Gregorio de La Heras, murió en el exilio.
- Juan Lavalle, asesinado.
- Manuel Dorrego, fusilado.

¿Somos los hijos de esta pasión argentina, lleva de errores y horrores, pero también del amor por la Patria, la justicia y la libertad? ¿Qué hicimos con esta herencia?

Los sueños del General San Martín aun no se han hecho realidad, seamos capaces de retomar la bandera libertaria de la Independencia y que la Patria se enorgullezca de nosotros. Vivamos en verdad y en decencia, tanto pública como privada, es el comienzo.

"Compañeros del Ejército de los Andes: Ya no queda duda de que una fuerte expedición española viene a atacarnos; sin duda alguna los gallegos creen que estamos cansados de pelear y que nuestros sables y bayonetas ya no cortan ni ensartan; vamos a desengañarlos. La guerra se la tenemos que hacer del modo que podamos. Si no tenemos dinero, carne y un pedazo de tabaco no nos han de faltar; cuando se acaben los vestuarios, nos vestiremos con las bayetitas que nos trabajan nuestras mujeres y si no, andaremos en pelota como nuestros paisanos los indios. Seamos libres y lo demás no importa nada. La muerte es mejor que se esclavos de los maturrangos. Compañeros, juremos no dejar las armas de la mano hasta ver el país enteramente libre, o morir con ellas como hombres de coraje."

José de San Martín




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