Un murmullo
se ha engendrado,
Suave
palabra de lengua extraña.
Baja de los
cerros trayendo soledad,
Penetra los
valles y se hace fértil.
Inunda la
pradera y se perfuma de luz,
Llega al río
y se hace viajero,
Busca el mar
que se agita, y se hizo viento.
La tierra se
estremece y llora de miedo,
El sol y la
luna se ausentan del cielo.
Las
estrellas dejan de titilar y se esconden,
Las sombras
penetran todas las cosas,
Los animales
quedan en temerosa vigía,
Mirando la
nada.
Oyendo, de
tanto en tanto, un trueno.
El hombre no
escucha, su propio ruido lo aturde,
El hombre no
ve, se encandila en su propia imagen,
El hombre no
contesta, su palabra ha muerto,
El hombre no
siente, el dolor le sacó el gusto,
El hombre no
toca, su mano solo empuña armas.
La Tierra
grita ¡basta!