He tenido la dichosa oportunidad de ver mucho y buen cine. Particularmente recuerdo la época de la secundaria, como no me gustaba ir a bailar, casi siempre que había algo de dinero iba al cine con los amigos de aquellos años.
En el cine Micro Anteón, de calle Sarmiento, y en el otro que ahora es la sala Pau Casals, calle Entre Rios, te dejaban entrar a ver las pelis prohibidas para menores. Una especie de resistencia a la censura.
Esto nos permitió ver grandes películas que por mostrar medio culo, eras catalogadas como "prohibidas para menores de 18". En otras salas te sacaban cagando si eras menor.
Hubo iba siempre la ilusión de ver una orgía, y creo que nunca pasamos de un cuarto de teta o un besito de ocho segundos.
Seguramente algún coronel estaba convencido que el futuro de la patria dependía de esto.
En fin, pasaron muchos años y tengo ganas de recordar algunas cosas.
Hoy quiero empezar con una escena de altísimo contenido erótico que causó mucho revuelo y que hizo que millones de hombre fuéramos a ver ese bodrio mayúsculo que fue "Nueve Semanas y Media".
Lo único rescatable, con el fondo musical de Joe Cocker.
Caballeros, volvamos a verla con el mismo entusiasmo, aunque ahora sabemos que no se ve un carajo.
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