La tapa del Diario La Capital de hoy justifica que se digan así mismos el Decano de la Prensa Argentina. De antología.
Estaba buscando un final para esta serie - al fin y al cabo también soy argentino y me aburro rápido -, y nunca se me hubiera ocurrido para estos relatos lo que transmite esta tapa.. La jefa de la ciudad ocupada bailando con el jefe militar de la ocupación, y todo enmarcado con el título "Cristina: La unidad nacional no puede ser para volver atrás", y la carita del Papa mirando desde arriba. Fellinesco. Autenticamente argento.
Ayer, en las elecciones por los eurodiputados en Francia y en Inglaterra ganaron los partidos de la derecha más recalcitrante que pueda participar en un comicio. El medio pelo francés o inglés, o argentino, para el caso es casi lo mismo, llega un momento en que se asusta y se cansa. Se asusta porque los negros, los chinos, los judíos, los villeros, los cabecitas negra, lo invaden todo. Desde los espacios físicos a la cultura. De los trabajos de mierda que ningún bien nacido quiere hacer a las villas, todo. Son feos, sucios y malos (Salud maestro Ettore Scolla!).
Y se cansa porque mientras tanto los problemas reales: la pobreza, la desigualdad, la injusticia, el hambre, el analfabetismo, la violencia, nos los resuelve nadie. Están ocupados bailando.
Decía una señora en la radio: "Con los gendarmes está todo bien".
¿Habremos finalmente claudicado el anhelo de vivir en una patria de hermanos, en democracia y en república? Espero que no.
Me voy a copiar a mi mismo, pero este texto de Mariano Moreno hace un par de días que me repiquetea en el corazón:
"Tan reciente desengaño debe llenar de un terror religioso, a los que promuevan la gran causa de estas provincias. En vano sus intenciones serán rectas, en vano harán grandes esfuerzos por el bien público, en vano provocarán congresos, promoverán arreglos y atacarán las reliquias del despotismo; si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos, sin destruir la tiranía."
Mudar de tiranos, no por Dios.