Hace tiempo que el miedo se incorporó a mi vida. Y no sólo en la mía, muchos compartimos esa sensación de que algo nos puede pasar. Para peor, nos pasó a casi todos. Y nos hemos habituado a recibir noticias: a Mengano le entraron en la casa, a Fulano le robaron la moto, a Perengano le sacaron el celular. La lista es larga y densa. Y si mirás un noticiero es un desplieque siniestro de muertos, heridos, narcos, robos. Dolor, dolor puro.
Y tengo miedo. Si voy caminando y me encuentro con un pibe con gorrita (morochito) me preparo para que mate o para matarlo (¿seré capaz?, ¿me habré convertido en semejante monstruo y ni siquiera me he dado cuenta?), si voy en el auto, y viene una moto, espero el disparo. A veces quisiera ser mosca para tener ojos que permitan ver para todos lados, vigilar para todos lados.
¿A qué mierda le tengo miedo? La inseguridad, cierto, la inseguridad. ¡Qué manera más hipócrita de patear la pelota bien lejos!
En qué momento dejamos de estar seguros, si es que alguna vez lo estuvimos? ¿Cuál sería la fecha que marque la efemérides del terror? Ese día en que la patria se rompió y todos empezamos a desconfiar de todos, y comenzarmos agredirnos.
El día del miedo. Quizás un nuevo feriado, movil o fijo, según convenga. Lo pienso y no se me ocurre, me parece que siempre fue el día del miedo, sólo que antes era para algunos, ahora es para casi todos. Se me ocurre uno: una noche fría de invierno en la que un pibe se fue a dormir sin comer porque en su plato no había nada que poner.
Si queremos que el miedo se vaya y no retorne a nuestra vidas, trabajemos para recuperar la solidaridad entre todos. Que no vuelva a ver, nunca más, un pibe con hambre.
Por eso no creo en la Ocupación. No son balas, es amor.
Y tengo miedo. Si voy caminando y me encuentro con un pibe con gorrita (morochito) me preparo para que mate o para matarlo (¿seré capaz?, ¿me habré convertido en semejante monstruo y ni siquiera me he dado cuenta?), si voy en el auto, y viene una moto, espero el disparo. A veces quisiera ser mosca para tener ojos que permitan ver para todos lados, vigilar para todos lados.
¿A qué mierda le tengo miedo? La inseguridad, cierto, la inseguridad. ¡Qué manera más hipócrita de patear la pelota bien lejos!
En qué momento dejamos de estar seguros, si es que alguna vez lo estuvimos? ¿Cuál sería la fecha que marque la efemérides del terror? Ese día en que la patria se rompió y todos empezamos a desconfiar de todos, y comenzarmos agredirnos.
El día del miedo. Quizás un nuevo feriado, movil o fijo, según convenga. Lo pienso y no se me ocurre, me parece que siempre fue el día del miedo, sólo que antes era para algunos, ahora es para casi todos. Se me ocurre uno: una noche fría de invierno en la que un pibe se fue a dormir sin comer porque en su plato no había nada que poner.
Si queremos que el miedo se vaya y no retorne a nuestra vidas, trabajemos para recuperar la solidaridad entre todos. Que no vuelva a ver, nunca más, un pibe con hambre.
Por eso no creo en la Ocupación. No son balas, es amor.
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